martes, 7 de noviembre de 2017

EL CANDIDATO ENCUBIERTO

Después del trabajado y agónico triunfo frente a Huachipato, Everton quedó a tiro de cañón en la disputa del título, pero a la prensa capitalina se le olvidó, parece.

Un gran triunfo el del sábado; sufrido como el anterior frente a la Universidad de Concepción. Pero la verdad es que Everton en el Estadio Cap, mostró hambre de gloria y consagración que esperábamos ver hace rato: Excelente juego asociado, solidez en la marca y en la cobertura, constante asedio al área rival y muchas ocasiones de gol. La visita a Talcahuano no estuvo exenta de atenuantes, porque ya había ganado la U y la lluvia parece que la tiraban con balde sobre el césped. Pese a esto, se notaba en el aire que Everton no iba a desentonar y que cumpliría la misión.
Un primer tiempo de dominio casi absoluto, con muchas llegadas al arco del local, las cuales le entregaban el protagonismo al portero Carlos Lampe, un arquero que está pasando por un excelente momento futbolístico; evitando, vez tras vez, la caída de su arco, con algo también de fortuna por el estado de la cancha. Juan Cuevas, Patricio Rubio y Oscar Salinas estaban mostrando un altísimo nivel y un soberbio despliegue físico dentro de la cancha, viendo truncado sus esfuerzos sólo por el guardameta boliviano bajo los tres tubos de Huachipato.
El bloque defensivo mostró solvencia y eficacia al momento de ser exigido: Cristián Suarez, el mejor del partido, por lejos, junto con Francisco Venegas nunca fueron sobrepasados dentro del área, destruyendo cada avance ofensivo de los delanteros acereros Bareiro y Ortega. Camilo Rodríguez rindió a cabalidad y Dilan Zúñiga estuvo gigante por su sector, siendo punzante en ataque y ordenado en la marca.
Ochoa está a otro nivel. No tenemos más elogios para el joven azteca, maneja los tiempos, marca, quita, entrega de buena forma y se genera ocasiones de gol. Lucas Mugni y Jaime Carreño son la comparsa perfecta para Iván.
Gran actuación de Eduardo Lobos; cuando fue exigido respondió soberbio en un campo difícil y transmitió la confianza necesaria a sus compañeros para seguir en busca del premio mayor.
Everton dejó de ser un equipo de reacción de algunos partidos anteriores, no fue un equipo pasivo y fue en cancha quien lo buscó en todo momento, propuso su estilo de juego y marcó los tiempos durante los noventa minutos. El arco de Lampe ya no soportaba más embates ofensivos del Oro y Cielo, hasta que Cuevas, a quince minutos del final; manda el balón a besar la red después de una genialidad de Pato Rubio esquivando rivales en velocidad.
La escuadra ruletera dominó el partido inclusive al recibir el empate inmediato con un golazo de Soteldo –en un balón complicado que fue despejado a medias por la zaga evertoniania después de un córner- al minuto de haber conseguido la apertura del marcador. Acá estuvo la clave, porque el equipo no bajó los brazos, sintió la herida y fue con todo a liquidar a su presa. Ese es el instinto asesino que faltaba despertar.
Los abrazos llegaron cuando Huachipato ya firmaba el empate, con polémica incluida por una supuesta posición ilícita de Cuevas que no participa de la jugada. Digamos que fue el “Karma”: Valber Huerta comete infracción penal sobre Patricio Rubio e Iván Ochoa –operado de los nervios- hace estallar las gargantas evertonianas y capitaliza el triunfo con el gol definitivo que nos tiene al acecho de los equipos preferidos de la prensa. El Karma de Huerta, que estuvo a un paso de firmar por Everton, inclusive entrenando bajo las órdenes de “Vitamina” Sánchez, pero decidió partir y dejar de lado la palabra ya empeñada en Viña del Mar. 




Todos comentan, publican e informan el camino que tienen los punteros en estas tres últimas fechas, todos hablan que uno tiene más posibilidades por fixture, más jerarquía, más partidos de local, etc. Pero ninguno habla de Everton que hace rato viene mostrando un equilibrio y un método futbolístico que sólo debe dar el puntazo final para la consagración: Un equipo joven, atrevido, de buen toque de balón y que juega de igual a igual frente a todos.
Este equipo está para cosas grandes, y el sueño está cada vez más cerca. Mientras menos nos miren, más sabrosa será la victoria.

#VamosEverton!

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