miércoles, 15 de noviembre de 2017

A SOBREPONERSE A LAS POLÉMICAS

Guagua que no llora, no mama. El Instituto Cervantes lo define como “si se quiere lograr algo, hay que pretenderlo e, incluso, solicitarlo repetidas veces o despertando la compasión.”. Una vieja técnica que a lo largo de la historia ha dado resultados en todo ámbito de cosas. Llevándolo al fútbol, hay muchas aplicaciones. Es muy común reclamar, poniéndose el parche antes de la herida, para obtener resultados favorables. Ya sea en arbitrajes, suspensiones, decisiones dirigenciales, etc. Hemos visto en estos últimos días a Colo Colo reclamando por arbitrajes y ahora por la decisión de Everton de no querer dejar ingresar público albo a Sausalito. Por su parte, Everton ayer hizo lo suyo, reclamando contra el gobernador y sus cuestionadas críticas al estadio y a la dirigencia oro y cielo. Al parecer estas casi 3 semanas de para futbolística se están convirtiendo en 3 semanas de una contienda desde las trincheras, en la que dirigentes, autoridades regionales e hinchas se enfrentan por temas alejados del balón. Lo cierto es que el próximo domingo 26 de este mes, se jugará un partido crucial tanto para ambas escuadras como para el torneo, donde alguno de los 2 equipos podría despedirse de la ilusión del título si es que sufre una derrota. 


Los viñamarinos no quisieron perder ritmo de competencia y gracias a una relación casi familiar (en ambos equipos ha invertido el Grupo Pachuca), lograron acordar un amistoso contra Talleres de Córdoba. Los argentinos, al igual que Everton, viven un buen presente en su respectiva liga, marchando en el 3er lugar de la tabla de posiciones. En el papel un buen apronte para Everton, quien salió con equipo titular a la cancha de Sausalito el sábado recién pasado. Un encuentro donde Everton tal vez no hizo su mejor juego, pero mostró personalidad y variantes para llegar al arco rival. Buena rotación del balón, jugadas asociadas, carrerones con los extremos, buenos centros al medio del área. Una muestra de lo que Everton brinda en el campeonato, aunque por algunos momentos sucumbió ante la jerarquía de la zona de quite de los cordobeses y el buen desborde de los laterales. Esto reafirma una falencia de Everton en la zona de quite, que tal vez al volcarse mucho al ataque, lo deja demasiado expuesto a los contragolpes, lo que ocasionó el tanto de los argentinos en el segundo tiempo. Así mismo los oro y cielo mostraron esa garra que les ha llevado a ganar los últimos partidos por el Transición 2017, llegando al empate y estando cerca de ganar el encuentro en los minutos finales. En resumen, un buen encuentro de preparación, que además sirvió para darle un poco más de minutos a los que sirven de alternativa y a algunos que no habían visto minutos, como Álvaro Madrid y Sebastián Pérez. Everton tiene varias cosas que corregir, pero Pablo “Vitamina” Sánchez tiene el tiempo para meditarlas y buscar la solución, de cara a lo que se vivirá la próxima semana. Tal vez no cambiará nombres en cuanto al plantel titular, pero puede hacer una que otra modificación en cuanto al esquema o a las obligaciones de los jugadores en el terreno de juego.

Tres partidos restan en el campeonato. Tres finales, si es que nos vamos al cliché. De los tres que están arriba en la tabla, Everton debe jugar con 2 y esperar un tropiezo del restante. Nada está decidido. Tenemos el juego, la experiencia que nos ha dado jugar cosas importantes los 2 semestres anteriores, la confianza luego de los triunfos agónicos de las últimas 2 fechas y un plantel unido, con hambre de triunfo y ganas de demostrar grandes cosas. Para lograr algo importante va a ser necesario abstrarse de eso problemas y polémicas ajenas a la pelotita. Sólo concentrarse en lo que se hará en la cancha, sobre todo en ese duelo ante los “albos”, donde seguramente seguirán saliendo cosas extrafutbolísticas hasta el día del partido, táctica a la que ellos al tener más exposición mediática, tal vez están más acostumbrados. A no desviarse del camino porque las capacidades están y el sueño del pueblo oro y cielo está en manos de aquellos “espartanos” que seguramente saldrán a dejar la vida en la cancha.

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