lunes, 28 de mayo de 2018

A ESPERAR EL MILAGRO

Había que sumar de a tres... sólo un empate y sentencia la salida de Pablo "Vitamina" Sánchez. Se inaugura oficialmente la segunda temporada de humo del año

 La última batalla; la última oportunidad de la primera rueda para conseguir la victoria. Everton por obligación, salía a dejar atrás esta mala racha, maldita mala racha que nos tiene sumidos en once fechas sin ganar; una primera rueda para el olvido y tan similar a la de esos nefastos años 1995 y 2000. El rival de turno, Deportes Temuco que está igual de complicado en el fondo, llegaba a Sausalito con una diferencia, un alza futbolística que incluso lo llevó a meterse en la siguiente ronda de la Copa Sudamericana, pero con la misma necesidad urgente de sumar para salir del fondo.

En el inicio del partido, el cuadro Oro y Cielo, se vio con más ganas que futbol y se acercaba poco a poco al arco visitante defendido por el meta Gamonal, pero mostraba un leve control del juego. 

Lo que ha sido una constante este semestre; una mala salida en el fondo, esta vez de Gino Alucema a los veinte minutos juego, regala un balón en la salida Evertoniana, el “Cuadro Pije” acepta con gratitud este regalo y Matías Donoso convierte el primer gol de Temuco y la inauguración del tablero marcador. Una ley, una máxima, una constante y regla general en el futbol habla de que siempre “Dos cabezazos en el área siempre es un gol”, sentencia recibida y Everton una vez más se desploma con el primer golpe.

Duro golpe para los dirigidos de Pablo Sánchez, el equipo se nublo, desapareció de la cancha y las sombras de todo el semestre volvieron a aparecer en el Sausalito. Por suerte Temuco es un equipo casi tan complicado como nosotros y no supo aprovechar la agonía de un Everton sin alma ni corazón, algo que estamos apuntando desde hace fechas.

Eduardo Lobos estaba, como siempre; dadivoso y caritativo ¿Se imaginan Donoso convierte ese regalo en la mala salida del portero viñamarino? Parece que Eduardo no quería ser menos y estaba decidido a robarse una vez más la atención de la gente con sus errores constantes (esta historia continuará). Menos mal alcanzó a evitar el remate al arco mientras en la galería ya todo el mundo cerraba los ojos y se tomaba la cabeza en un acto de frustración. Volvíamos a respirar.

Final del primer tiempo, un Everton cabizbajo se dirige a los camarines, mordiendo la poca vergüenza deportiva que cargan sólo algunos, los mismos que están comprometidos a sacar esto adelante y cambiar el transcurso de la historia en el segundo tiempo.

En el complemento, Everton salió al todo o nada, matar o morir. Esa actitud a la gente le reconforta al menos, porque se vio otra disposición. Comenzó a dominar con más claridad y peligro hasta que al minuto cincuenta y uno, el delantero de categoría mundial, el incomprendido y relegado sin oportunidades, el malamente cuestionado rompe redes Marcos Bueno, decreta el empate Evertoniano después de un córner ejecutado por Juan Cuevas. Golazo por el gesto técnico, el cambio de dirección del balón y la vistosa celebración del crack azteca, que con este gol iguala el registro histórico de Juan Eduardo Botaro y lo catapulta a la cima del ranking de EL PEOR DELANTERO QUE HA PASADO POR VIÑA DEL MAR, incluso por sobre “Tigrillo” Castillo.

Como todo un campeón; así celebra Marco Bueno su gran racha goleadora en Viña del Mar. Real Madrid, actual campeón de la Champions League está interesado por la carta del artillero (?)
El partido avanzaba y el tiempo no era el mejor amigo de Everton. Los Oro y Cielo en llegadas continúas demostraban que buscarían desequilibrar y conseguir una victoria que descomprimiera el ambiente. Estaba cerca la desigualdad en el marcador hasta que vino un carrerón de Dylan Zúñiga que, con una habilidad que había estado algo extraviada, pasa entre la defensa sureña, saca un centro de aquellos descritos en los manuales del futbol y encuentra desmarcado a Juanito Cuevas que, a quince minutos del final, no perdona y marca el segundo para Everton. Alegría total en nuestra casa, Sausalito volvía a estallar en grito sagrado y era un premio para un criticado pero consistente Cuevitas.

El partido parecía controlado, pero vinieron las sustituciones poco afortunadas de Vitamina, con un Iván Ochoa que está más pendiente de volver a México y un Álvaro Madrid que nunca pudo encontrar una regularidad y ambos pasaron desapercibidos. Lo lamentable es que en el minuto ochenta y uno, una jugada que ya destapa todos los problemas de concentración y de futbol dentro de Everton y desde un lateral frente al área, encuentra la cabeza de Donoso, quien pivotea y habilita en el punto penal a Ávalos (el más bajo de la cancha) quien marca de cabeza el empate para Temuco y el definitivo dos a dos. Una vez más nos quedamos con sensación que Eduardo Lobos pudo hacer algo más para evitar el empate, pero que más vamos a pedir. 

Balde de agua fría para los para todos en Sausalito y Everton se despide con una paupérrima primera rueda, último en la tabla de posiciones, en zona directa de descenso, con sólo nueve puntos de cuarenta y cinco posibles, con un rendimiento de un dieciocho porciento. Impresentable por donde se le mire.

Final, una nueva desazón para Everton, que se queda sin cuerpo técnico. Pero el cáncer sigue dentro del CDE. Mientras los “Bloise Boys” no salgan de Everton, estos estarán a cargo de las negociaciones, de la representación de los jugadores y de la escasa oportunidad para los juveniles.
Y ahora: ¿Quién podrá ayudaros? Por favor; antes de comenzar cualquier proceso, limpiemos Everton por dentro. Los que lo vendieron ya no tienen nada que hacer.

Anarquía… lo que existe dentro de Everton. Sólo nos queda ser pacientes “A esperar el milagro” 

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