Hoy miro hacia atrás y
recuerdo esos momentos que tengo atesorados en mi mente, esos que
brotan cada vez que veo una camiseta en la calle.
Siempre fui hincha
de Everton. Lo seguía donde se podía, estaba en las cadetes y cuando
entrenaba, quería imitar a mi máximo ídolo, mi tío Guillermo "Chicomito"
Martínez.
Era el año 1983 y entre viajes y partidos llegó el momento
más esperado por un jugador de casa. El profe Ricardo Contreras me
llamó a entrenar al primer equipo.
Fueron semanas difíciles, pero
entre consejos y exigencias, llegó mi debut. El profe me dice que voy de
titular. Yo con 19 años enfrentaba al Colo Colo de Caszely, "Cóndor"
Rojas, Garrido, Ormeño, "Pillo" Vera y otros referentes de la selección,
pero no me achiqué, solo tenía los nervios del debut. Cuando estaba en
el túnel, se acerca nuestro DT y me dice: "quiero que te diviertas, que
hagas lo que haces en la semana". Y eso hice. Aunque perdimos 2-1 ese
fue mi inolvidable inicio en el fútbol profesional ganándome mi tan
anhelada titularidad.
Con el comienzo del año 1984 vinieron cambios, un nuevo DT y una nueva Copa Chile. Nuestro
nuevo DT fue el gran Fernando Riera, el más grande técnico que ha
tenido Chile. Su ayudante era mi otro referente, el gran Eladio Rojas,
quien me traspasó todos sus conocimientos y don Rodolfo Leal, un
motivador por excelencia.
El inicio con el profe Riera fue bueno, nos enseñó algunas coas de la vida personal y todos los días nos obligaba a superarnos.
Durante la copa Chile fuimos sumando experiencia, ganando y lo mejor, jugando bien, hasta llegar a la final.
Para
aquel duelo final nos fuimos 3 días antes a Santiago a concentrarnos en
Juan Pinto Durán. Allí trabajamos, analizamos al rival y repasamos una y
otra vez nuestros movimientos, hasta que llego ese recordado 25 de
julio.
El Estadio Nacional estaba lleno. Yo en aquel momento no
dimensioné lo que estaba viviendo, pero lo disfrutaba. Al frente venia
Universidad Católica, un equipo con muchas estrellas, pero yo sabía que
mis compañeros no fallarían. Antes de comenzar el partido estaban todos
con la convicción de que lograríamos el triunfo, mientras en el camarín,
al lado mio, estaba mi socio, mi amigo, mi compañero, Jorge "Chicho"
García.
Comenzó el partido y nuestro medio campo tomó el control.
Entre toque y toque desdibujamos al rival y llegó el primer gol, luego
el segundo y comenzaba la fiesta viñamarina. Yo miraba de reojo y ahí
estaban mis vecinos, mis amigos de toda la vida acompañándome, como
tantas lo hicieron en esas eternas pichangas en el paradero 2 de
Achupallas.
Seguía el partido y vino el tercer gol, emoción máxima,
abrazo con Riera, Chicho, Eladio y la fiesta ya era de nosotros. Pitazo
final y mi sueño de niño estaba por cumplirse: daría una vuelta olímpica
en el Estadio Nacional, con la copa en el hombro y uno de mis mejores
amigos al lado.
Fue una noche inolvidable, llena de emociones y felicitaciones. EVERTON ERA CAMPEON DE LA COPA CHILE 1984.
Yo era niño y recuerdo a francisco eulogio
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