jueves, 10 de enero de 2019

NOS QUEDAMOS SIN EVERTON DE VIÑA DEL MAR:
OFICIALMENTE SE CONSUMA EL NEGOCIO (LA TRAICION) DE ANTONIO BLOISE.

“Everton es adquirido en un 100% por el Grupo Pachuca y deja sin voz ni voto de manera definitiva al hincha y simpatizante Evertoniano”.
 
Vendido en su totalidad, Everton esta mañana de 9 de enero de 2019 es 100% perteneciente a capitales extranjeros.


Cuando se anunciaba la creación de la sociedad anónima de Everton a finales del año 2006; se elevaba la figura de Antonio Bloise como el presidente de la empresa que comandaría la nueva administración del cuadro Viñamarino después de más de noventa años de una corporación que como tal; dejó a Everton como el primer campeón de provincias y sumando en total tres títulos de liga. Si bien deportivamente Everton en los años noventa se convirtió en un cuadro que pasaría sus peores temporadas en la primera B; administrativamente la corporación siempre se llenó de gente que sólo antepondría su interés personal por sobre los de la institución, opacando a quienes si realmente vivían Everton y dejaban hasta sus bienes personales en pro del “Oro y Cielo”.

Cuando se lanzó la nueva administración; la promesa fue de hacer a un Everton poderoso deportivamente, ordenado en lo administrativo y con sustentabilidad económica en el futuro. Se llamó a la tranquilidad y la calma a la parcialidad “Ruletera” y se generaría la primera “Gran Mentira” de la naciente sociedad anónima: “Queremos acercar al hincha y hacerlo partícipe del club, evaluando una venta de acciones para los socios de la corporación, nuevos abonados y simpatizantes Evertonianos”.

La otra mentira que existe hasta el día de hoy es todo lo que pasó con la deuda histórica de la fallida administración del Club Deportivo y Social al momento de asumir la sociedad anónima, donde se incluye el fraude del remate de la histórica sede de Viana 161 después de años de litigios y un remate maquillado a “precio huevo” para una inmobiliaria con nexos dentro del directorio de la “Empresa con fines de lucro”.

Como corporación propiamente tal; Everton aún existía, pero dentro de la sociedad anónima cerrada, solo sería dueña del 0,91% del total de acciones emitidas dentro del compadrazgo y círculo cerrado ligado a Bloise y compañía.

Fueron años auspiciosos deportivamente en sus inicios; estuvimos en la cima logrando un nuevo título y buenas campañas que animaban al hincha. Duró poco esa alegría porque aparecieron nuevamente los constantes descensos y campañas de “Equipo Chico”; lo mismo que quería evitar Everton SADP.

Bloise renunció a la presidencia de Everton después de lograr el ascenso en la temporada 2012, acotando un desgaste personal y económico; pero como fanático y apasionado por el club, debía dejar al “Ever for Ever” de sus amores en primera división, de donde nunca debió haber salido.

Esa renuncia fue “con elástico” y sería el inicio del verdadero plan del “Salvador” de Everton; un plan que se revelaría en mayo del 2016 con la venta del 80% de las acciones del club al Grupo Pachuca, quien vendría a instalarse a Chile después de un estudio de más de dos años del mercado futbolero chileno y en particular de nuestro Everton de Viña del Mar.

Pachuca compró el producto que les vendía Antonio Bloise, Martinez tenía el recurso y aprovechó la ocasión.


Podemos estar a gusto o no con quien; hasta el día de ayer, era el controlador máximo de Everton, pensando que existía un 20% de acciones que podrían ser de adquisición popular y así tener derecho a voz y voto dentro del directorio. Por supuesto que dentro de esa minoría de divisas estaba también aquel pequeño 0,91% que aún pertenecía a la última resistencia y real posibilidad de un Everton para la gente. Aquel número de acciones que manejaba la corporación raptada por Carlos Salazar, autodenominado a base de dolo y mentiras “presidente” y cerrando las puertas a la incorporación de nuevos socios que queríamos darle vida nuevamente a la ya fantasmal esencia social y pública de Everton.

Fin de la historia y de la reseña, pero siempre es bueno refrescar la memoria. Hoy; Jesús Martínez, dueño del conglomerado de equipos manejados por Pachuca; anuncia que es dueño del 100% de nuestro club y que se cierra el proceso de adquisición que comenzaba el año 2016, en el mismo período que nuestro “Redentor Bloise” era nombrado como “Presidente Honorario” del club de sus amores.

Respecto a la transacción en sí; lamentablemente se consumó en el hermetismo, ingenuidad y tolerancia de todos los actores que pretendimos ser parte de Everton y que de alguna manera le entregamos más que pasión y fanatismo por la camiseta. El mejor postor se hizo de la propiedad que nació, creció y murió desde el momento en que nosotros mismos como hinchas no fuimos responsables como socios del Club Social y Deportivo Everton y regalamos nuestra confianza a una administración corporativa fundada sólo en la ganancia personal sobre la social. Pachuca sólo pagó el precio impuesto por “Toñito” y se hizo de la totalidad de lo que algún día fue nuestro. Ese precio en todo caso; trae el compromiso que ellos mismos adquirieron al momento de su embarco a Viña del Mar, que en un lapso de 10 años seríamos la cantera de la selección chilena y que en un mediano plazo estaríamos volviendo a ser “El cuarto grande del fútbol Nacional”. Han tenido aciertos deportivos y administrativos bajo su mandato, pero la sensación general que existe en el ambiente “Azul y Amarillo” es de alejamiento con la hinchada y que somos el laboratorio de prueba de los “Tuzoz”. Reitero que ellos sólos se comprometieron con la afición Evertoniana y hasta el momento; tienen un club ordenado. Pero aún falta mucho para alcanzar y concretar las promesas. Es ahí donde debemos estar atentos para por lo menos alzar la voz desde fuera, porque dentro de Everton SADP; estamos desterrados.

Pero; ¿De quién es la culpa realmente? ¿Qué es lo que realmente cuestionamos? ¿Tenemos posibilidad de recuperar la esencia social y deportiva del club que fundó David Foxley un 24 de junio de 1909?

Objetivamente nosotros fuimos los principales culpables, porque cuando tuvimos que asumir la responsabilidad de dirigir una corporación que se transformó en el cofre del tesoro para muchos presidentes, directivos y funcionarios; fuimos impávidos y aceptamos los términos que impuso Antonio Bloise. Además, fuimos nosotros mismos que creímos en su palabra y dimos libertad de acción a su plan de “Levantar a Everton” y así concretar la debilitación de la moribunda corporación que podría haber hecho algo más que alegar abandono y desamparo. Cuando tuvimos la oportunidad de alzar la voz, no nos organizamos contra la venta ni tampoco exigimos la apertura de la corporación. Todo estaba perfectamente maquinado frente a nuestras caras y somos cómplices de este proceso que termina con la propiedad del 100% de Everton de un grupo inversor extranjero.

Antonio Bloise traicionó a la gente de Everton y de Viña del Mar y compró junto a su cofradía lo que hoy es propiedad de extranjeros. Manejó los hilos siempre y puso a su gente de confianza para proteger sus intereses, los mismos que hoy termina de ceder y olvidarse de aquella promesa de apertura al mercado bursátil hecha por el 2007. Si Bloise te hubiera ofrecido el club al precio que lo vendió, ¿se lo hubieras comprado? Muchos creo que hasta le vendemos el alma al diablo por ser dueños y manejadores de nuestra institución, pero el tema ya estaba estudiado y sólo esperó el momento justo y preciso para lanzar el anzuelo y pescara al comprador. Comprador que indicado o no, lo ve de la misma forma que Antonio; con fines económicos pero que en el discurso tiene también un fin social. Eso ya es harina de otro costal por el momento.

Me gustaría saber que piensan todos aquellos que iban de la mano a comer a sus parrilladas, que les pagaba los viajes incluyendo “Goodison Park”, que les repartía las entradas gratis en cierto local de Calle San Antonio o que siguen viviendo de la microempresa de venta de indumentaria. Los que nos critican por no hablar del tema cuando a ellos les parece adecuado y a los que nos tildan de “amarillos” Sí; los mismos que insinúan que Grupo Pachuca nos aporta monetariamente. Los invito a que vengan a revisar nuestras cuentas y vean lo encalillados que estamos por sólo acompañar a la camiseta mas linda del mundo. Esto que hoy pasó se lo criticamos desde el día uno, desde el comienzo del traspaso al Grupo Pachuca.

Puede escuchar el siguiente podcast del año 2016:

O puede leer la siguiente nota:

O puede ver uno de nuestros tantos videos:
Hace un mes atrás, se organizó el 5to ENCOFUT acá en Santiago donde nuestro amigo y muy conocido hincha Evertoniano; el coleccionista numero uno de Everton, hablamos de Don Miguel Arellano; participó de un conversatorio que justamente analizaba el desplazamiento por parte de las “sociedades anónimas” hacia la gente y la comunidad. Miguel, quien es un miembro activo de la ADAE, expuso con una claridad que ni siquiera los hinchas de los clubes “Grandes” podrían darle a este serio tema y expuso la negativa que siempre instaló la ya inexistente corporación a sumar nuevos socios. De acá quiero agarrar la idea principal y buscar la posibilidad de subirnos al último vagón del tren.

Quizás el camino más difícil es comenzar un litigio civil contra los vicios de la corporación y la venta de su paquete accionario al Grupo Pachuca, o al menos es una opción. En reiteradas opiniones escritas y publicadas a través de esta tribuna, hemos también dado nuestro parecer al tema de fondo, de que la participación de la gente dentro de Everton sea a través de la Corporación, porque lamentablemente y aunque hagamos una gran recolección de fondos, no tenemos como pagar el precio que pueda poner Pachuca por recuperar el club. Everton, con la cesión de la administración a la sociedad anónima se transformó, queramos o no; en un bien transable en el mercado que está disponible al precio que ponga su dueño. Mismo precio que pusieron los directivos de la última administración que cedió a Bloise el comienzo del fin de un Everton que ya no pertenece a Viña del Mar. 

Gracias Antonio Bloise… Te aprovechaste de la confianza de la gente y nosotros no tuvimos la capacidad de reacción.


La batalla más difícil comienza hoy.

Negocios son negocios dicen por ahí, pero Everton era según tus palabras una pasión. Y la pasión como tal no puede ser valuable.

1 comentario:

  1. Decepcionado de Bloise, seguramente su padre no estaría contento con todo lo que está pasando.

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